Por Manuel Gutiérrez.
Las guerras se pelean en escenarios inimaginables, en salones lujosos rodeados de champagne, en las sólidas bóvedas de bancos suizos, en reuniones diplomáticas y en manejos mediáticos. Por esta razón, aunque se pelea en Ucrania, relaciono un tema con lo ocurrido en la Banca Suiza.
Durante la segunda guerra mundial, el pequeño país, no fue invadido por Hitler, ni tocado por ninguna de las potencias aliadas. Su carácter de banca del tesoro mundial, su reserva, y su conexión entre ambos bandos, hizo que en Suiza se movieran muchos secretos, capitales y acuerdos que se reflejaron posteriormente en los campos de batalla.
Resulta que los bancos occidentales que tronaron, NO estaban en quiebra. La situación de Silicon Valley y luego de Credit Suisse, pueden obedecer más a una estrategia de guerra híbrida por parte de Rusia que por una banca-rota. Es decir, fue un fenómeno anormal de manipulación de redes y por consecuencia de masas, la que motivó la quiebra.
Algunos la explicaron por el recurrente uso de plataformas digitales en los servicios bancarios, es decir en un segundo transfieres fondos, pero también los retiras. El quebranto y en eso coinciden todos las fuentes financieras consultadas, fueron por “Pérdida de confianza” que se generó a través de un RUMOR, a lo que se sumó una declaración errada que motivo la caída de crédito suizo, por parte de sus financieros de Arabia Saudita, totalmente asociados, que metieron la pata en la crucial entrevista que pudo parar la fuga de cuentas.
El banquero Saudi, declaró que habían hecho ya un movimiento por 50 mil millones de euros para Crédito Suizo, pero le preguntaron su estaría dispuesto a invertir más en lo mismo. El Saudi pecó de técnico, pero su respuesta fue que no lo haría.
(Tal vez por la reciente inyección de recursos considero técnicamente innecesario poner más dinero). Ante la negativa el retiro, la gente entendió mal y dio lugar al infundio, se incrementó hundiendo un banco con reservas por 45 mil millones de euro-dolares, basándose en la especulación, 1929 en versión 2023.
La operación se justifica porque Credit Suisse, era un alfil ruso, lo mismo que UBS que terminó adquiriendo a la anterior, bajo un esquema nada suizo de imposiciones dictatoriales que consumaron la fusión consumada para evitar un colapso mundial, dado que el dinero se mueve muy rápido y la caída del tesoro de Suiza, arrastraría al mundo que sus depósitos superan en mucho el presupuesto nacional suizo.
El gran ganador fue JP Morgan, Rotschild, y otros grandes financieros mundiales que sumaron más millones a sus presupuestos billonarios en dólares. JP Morgan se estima en 5 billones de dólares, es decir hubo pescadores a río revuelto, peces mayores que aprovecharon lo que trajo el río.
Credit Suisse era investigado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, por acciones clandestinas de cambios de fondos, para permitir violar las sanciones a los millonarios de Rusia, afectados por el castigo económico de la guerra de invasión. Una investigación de años, que continuará incluso un UBS que está bajo la misma sospecha y que no terminado.
La banca de Suiza, juega importantes papeles en la guerra de Ucrania-Rusia en ambos sentidos. Lo mismo movilizan recursos de Occidente, incluso del Fondo Monetario Internacional en favor de Ucrania que recibirá un crédito inusual , único de un país en guerra, de 5 mil millones de dólares, dentro de un crédito creciente que puede llegar a ser de 50 mil millones, un plan Marshall anticipado para sostener la guerra e incluso la reconstrucción.
Pero sale del banco suizo el agente del FMI, luego el negociador de Ucrania y entra el negociador ruso a la misma mesa. Rusia busca movilizar sus recursos disminuidos, incluso comprando cripto monedas, y tratando de salvar recursos para sostenerse en su invasión.
Los fondos de ventas de petróleo, capitales, documentos de obligaciones, todo quedó suspendido por Occidente, compras, y tesoros. Rusia necesita traficar y recuperlos.
Un dato importante, las dos cadenas de bancos de suiza, recibían ganancias de hasta 600 millones de euros por operaciones con ciudadanos rusos, incluso una cartera de 60 millones de ciudadanos rusos de los cuales la banca suiza, administraba sus ahorros, fondos de retiro, seguros e inversiones.
Por tanto la quiebra, puede parecer un “accidente financiero” pero es preferible considerar que la guerra se da también en Suiza, y de paso en el Valle del Silicón. Una operación exitosa de guerra financiera, aparente, que benefició a los super capitalistas del mundo, finalmente.
A la par, una consecuencia de la banca de jugar al filo de la navaja, si con grandes dividendos, pero finalmente atándose a la suerte de los millonarios de Rusia bajo las prohibiciones mundiales.
El sistema financiero mundial aprendió que el sistema digital representa beneficios en costos de administración, en manejos que pueden ocultar millones, y en transferencias inmediatas, pero a la vez esto puede volverse contra la misma banca y eso los hizo tomar nota.
La fuerza y rigidez con que reaccionaron en Suiza, es digna de una dictadura, porque fueron ordenes terminantes a Crédito Suizo de como debía proceder y a UBS de como aceptar, y como obedecer. Final, la cúpula del alto dinero es de unos pocos entre los millones de habitantes del mundo.
Rusia no ganó en esta partida, al contrario se cerraron más su vías de escape.
Ucrania sigue siendo solvente para sostenerse, y los que perdieron en las caídas financieras fueron los de siempre, los inocentes pequeños inversores que resintieron las bajas de cotizaciones.
Es decir, pasó mucho y nada pasó, entre banqueros de impecable traje, y modales refinados que disimulan sus mandatos terminantes con frases amables, puño de hierro en guante de terciopelo.
En la segunda guerra mundial se especuló mucho del oro de Hitler, el tesoro perdido. Si bien una parte fue encontrada por militares del General Patton y confiscada para el Tesoro de los Estados Unidos, ese oro es una probable causa del homicidio del líder de los tanques americanos.
Esa leyenda del oro de Hitler, debió quedar conscientemente depositada en bancos de occidente, principalmente Suiza, a la que el Fuhrer le reconocía sus solidos principios financieros, como la discresión, y la certeza y nunca le faltó dinero durante la guerra mundial.
Putin probablemente no tomó esa lección, historia, engañado por las historias de dogma socialista, que se les vende a los niños como versión oficial, como los países con historia manipulada, como el nuestro con sus leyendas de bronce y les crea mitos y tal les pareció fácil acalambrar la banca mundial.
Ese oro de la era nazi, terminó en el tesoro suizo o de los grandes financieros mundiales, los nombres de siempre repetidos constantemente y disfrazados bajo nuevas denominaciones.
Los grandes jugadores financieros del mundo, son entre otros: El JP Morgan chase, HSBC de Inglaterra, así como Berkshire, Wells Fargo –que cesó su relación con el Banco del Bienestar 4T hasta en envió de remesas- , la City, Paribas y AXA de Francia, Allianz, de Alemania, Bank of America. Hay otros fondos mundiales importantes anónimos pero dentro de estas instituciones, pero con recursos del Rey Midas.
Y las orientales que no están metidas en este ajo, no dejan de ser importantes incluso mayores que Morgan.
Mitsubhisi Financial Japón, Commonwealth Bank de Australia, y las chinas, Banco Industrial y Comercial de China, y Banco de la Construcción, de enormes capitales mayores. Estas pocas marcas comerciales y las familias que las detentan son de verdad poderosas en el mundo.
La guerra necesita dinero, y sin dinero se no se ganará. Rusia comienza a tener vacíos, en tanto el mundo asiste a Ucrania, porque alguien intento alterar el orden mundial, que tiene su raíz en el mundo financiero para empezar y no atendió razones. (Putin) Nadie se mete con Suiza y vive para contarlo o lo hará con los bolsillos vacíos.
Rusia tendrá que pagar más mercado negro e intermediarios que no faltarán para financiarse. Pero para conseguir un dólar tendrá que pagar dos. Si fue guerra híbrida, tal vez cuelguen al genio que se le ocurrió.
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