Por Manuel Gutiérrez
Richard Kagan, investigador de la Universidad John Hopkins, reveló que la leyenda negra y los prejuicios enlodan la obra civilizadora de España, enmarcada en un imperio mundial y una colonización del nuevo mundo, desde el siglo XVI, pero se consolida totalmente en el sistema del virreinato, que hizo una réplica de España Europea, en el nuevo continente.
España se piensa que vino a explotar los metales auríferos y argentinos, pero en realidad las fuentes económicas se diversificaron y adaptaron a los tiempos: La azúcar cubana, dio más ganancias que la plata de San Luis Potosí. “ No fue desastre total, como quieren hacernos creer en relatos que vienen desde siglo XIV, incluso antes del descubrimiento de América, por Cristobal Colón.
La existencia de abundante población indígena por más de 2 millones, en el siglo XVIII según lo pudo constatar el Barón Alexander de Humboldt, (1769-1859) quién viajo por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Cuba y Estados Unidos. Entre 1799 y 1804, estableciendo una postura que sostenía en contra de la esclavitud.
Su legado naturalista, geográfico, histórico y social, hicieron imposible que la leyenda negra se sostuviera sin otro recurso que la malicia. Humboldt analizó el trato español a los esclavos negros, incluso lo hizo en forma estadística, científica, haciendo la prédica liberal más importante sobre el tema, tanto que el editor John S Thrasher, mutiló su obra, cortando un capítulo completo porque atentaba contra uno de los pilares de la riqueza europea.
Humboldt estuvo en Haití y estudio el caso, en las plantaciones de Acul, al norte de Saint-Domingue, pero del resultado de su investigación y conclusiones, en 1807, Inglaterra suprimió el comercio humano africano en sus colonias. En 1811, España lo intentó también, según los historiadores Marieta Cantos, Fernando Durán y Alberto Romero, en su obra “La guerra de la pluma:sociedad, consumo y vida cotidiana”.
El asunto se llevó a las Cortes de Cádiz, pero no prosperó, pero el Barón prosiguió estudiando el asunto, que maduró en el estudio publicado en 1826, resultado de la experiencia y una segunda estancia en Cuba, aunque el tema de la abolición de la esclavitud era un propósito político de los diversas rebeliones de esos años en la zona del Caribe y en zonas de Hispanoamerica.
Charles Minguet, director del Centro de Investigaciones hispanoamericanas de la Universidad de París, hizo un artículo denominado “La América de Humboldt” en que afirma que la investigación del Barón, logró barrer un montón de errores acumulados durante siglos por escritores afines a la leyenda negra, uno de los destacados que persistió en ese nefasto empeño, fue Julián Juderias, en 1914.
Humboldt, da sus cifras, ante el horror y lágrimas de los indianistas que propagaban mitos sobre la realidad de las posesiones españolas, un total de 7.5 millones de indios, y 5.5 millones de mestizos, que representaban el 80% de la población de las Américas, lo que desmitifica el supuesto genocidio que los anglosajones si aplicaron en Canadá y Norteamérica, contra las tribus nativas. Estas cifras superaban supuesta en vísperas de la conquista, lo que prueba la prosperidad, natalidad, y baja mortalidad que tuvieron los indígenas en la etapa colonial.
Sin embargo, Minguet, de la U. de París resalta una síntesis sobre los datos de Humboldt: Entre 1800 y 1820, de los 6 millones 443 mil negros (esclavos y libres) de toda América española, tiene solamente 776 mil. Es decir, el número de esclavos representa el 4% de la población total de Hispanoamérica, y no el 8% como algunos han pretendido.
“Es decir, entre los 500 y 550 mil esclavos de la una población de 15 millones de habitantes, pero en las Antillas, francesas e inglesas, la proporción era del 80 al 90% y en los Estados Unidos de un 16%. (Los anglosajones fueron más intensos tratantes y explotadores de esclavos, precisamenteaunque lanzan la culpa de la tragedia a España).
Otra conclusión de Minguet: Los esclavos transportados a América Española, representan solamente la decimoquinta parte del número total transportado por los países europeos, incluso países Bajos e Inglaterra.
“En las colonias españolas, los esclavos manumisos (liberados) eran más numerosos que en otras partes, 18% en Cuba, 3% en América del Norte, por los contenidos de la legislación española, y las costumbres de los habitantes cubanos. Incluso por la presencia de valores religiosos, que protegían al indígena y encauzaban sobre todo en testamentos, que se decretara la libertad de los esclavos.
“En Cuba en 1820, la población libre, entre blancos, negros y mulatos, representaba un 64% de la población”.
En cuanto a textos legales, sobre todo el Código Carolino de 1789, se aleja de la tolerancia a los tormentos, suplicios y mutilaciones, previstos en códigos similares en Francia o en Inglaterra.
Si bien, las disposiciones pudieron relajarse o ignorarse lejos de la metrópoli, las costumbres y la influencia religiosa, permitieron un trato más humano, que el que otros europeos de acuerdo a la legalidad, propinan a los esclavos.
La conquista si bien parte de una confrontación violenta, encabezada por los mismos indígenas en México, pasa a otro nivel por el esfuerzo de curas, maestros, intelectos y prueba de ello son las Leyes de Indias, que consagraron lo que ahora se conocen como los derechos humanos básicos y esenciales.
Si bien la encomienda generó abusos y en algunos casos una forma de esclavitud encubierta, los indígenas en su mayoría fueron propietarios de las tierras que trabajaban, y del rendimiento de las mismas, a excepción de tributo o servicio para el encomendero, que tiene la obligación de protegerlos y cristianizarlos, esta fue la gran diferencia al enfoque de predestinación del protestantismo que no confería calidad humana y moral a los negros o nativos, punto total en que se diferenciaros las costumbres y prácticas de los propietarios.
La presión moral de la Iglesia, era poderosa y su capacidad de influir en los asuntos civiles determinaba que los reacios se sujetaran a lo establecido por la legislación de Indias. Esto en opinión del historiador mexicano Enrique Krauze, amerita que se deba reconocer el esfuerzo civilizador de 500 años en Hispanoamérica, y en lugar de confrontar o condenar, reconocer los aportes de España, como una ocasión digna de celebrarse, más que en la narrativa negra, que pretende llegar de oprobios lo que los historiadores e investigadores de todas las épocas han encontrado: Que España fue humanitaria durante la conquista, por sus valores y forma de vida, no así los países anglosajones.
Con datos de ABC de España, Historia, El Informe olvidado de principios de siglo XIX que combatió la leyenda negra y la idea del genocidio en América. Que develó la obra de Humboldt, y que exoneró de las imputaciones falsas a España, en relación al tema de la esclavitud y exterminio de los indígenas.
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