Gabriel Torres Espinoza
En México, opera en red, como un cáncer con metástasis burocrática. Las empresas fachada, o EFOS, son su forma más sofisticada. Legales en su constitución, pero fraudulentas en su función, han logrado penetrar el sistema de contrataciones públicas desde hace más de dos décadas, amparadas por complicidades institucionales y vacíos legales, deliberadamente sostenidos.
Entre 2002 y 2022, más de 11 mil 500 millones de pesos fueron desviados mediante contratos celebrados por 486 dependencias con más de 800 EFOS. No se trata de “errores administrativos”, sino de una arquitectura delictiva que reproduce los mecanismos del crimen organizado: colusión, fragmentación operativa y simulación. Las adjudicaciones directas, lejos de ser excepciones, son el ‘modus operandi’.
Se constituyen legalmente, muchas veces compartiendo socios, representantes o notarios con otras razones sociales dentro de mismo ‘clúster’, para aparentar competencia y legalidad. Su función real no es proveer bienes o servicios, sino emitir facturas que justifiquen transferencias millonarias de recursos públicos sin entregar nada a cambio. El SAT puede identificarlas como EFOS “presuntas” o “definitivas”, pero incluso así, muchas continúan operando mediante nuevas empresas espejo, creadas para evadir sanciones y seguir ‘drenando’ al erario.
Estos ‘clústers’ del fraude, donde una misma red de socios, representantes y notarios conecta decenas de razones sociales, son prueba de que estas empresas no nacen por accidente, sino como instrumentos prediseñados para saquear al erario. Mientras tanto, los registros públicos son opacos, los sistemas de fiscalización ineficaces y, la rendición de cuentas, casi inexistente.
La sustitución de CompraNet por ComprasMX, sin garantizar acceso real a datos abiertos, confirma que el discurso de la ‘transparencia’ sigue siendo eso, apenasdiscurso. Combatir estas redes exige una estrategia que deje atrás la simulación con peces pequeños, y apunte a los beneficiarios finales. O enfrentamos el problema como lo que es —una red criminal compleja amplia y que no es aislada— o seguiremos observando cómo el dinero público se esfuma detrás de leyendas fiscales y razón sociallegalmente constituidos, pero absolutamente fraudulentos.
Comments